(No Title)
Casi nunca me veo reflejada cuando leo o escucho hablar de «la mujer de hoy». La belleza está en el interior, pero nos ponemos a dieta casi toda la vida, (perdónenme que no me de por aludida aquí). Nos quieren vender una mujer y nos enmascaran otr. En revistas femeninas hay artículos de como perder tantos kilos a la semana o al mes, y luego artículos contra la anorexia o bulimia. Nos venden a la mujer luchadora y trabajadora, que son todas, aparte de amas de casa, que parece que solo tiene «prestigio» cuando te dedicas a trabajar fuera y llegas a casa a ejercer de dueña y señora de ella, si sólo te dedicas a ser ama de casa dicen algunas que no eres «completa»…decía que todas son (que me pierdo) abogadas, decoradoras de interiores, médicos o funcionarias….¿dónde cabemos el resto, entonces? ¿dónde están aquellas mujeres luchadoras, madres, amas de casa, que también son mujeres pero que les tocó trabajar en supermercados, limpiando cines, oficinas, cosiendo, o vendiendo pescado en el mercado, sin traje de chaqueta, maletines, conferencias ni horario de 8 a 3….también existimos. Y también somos mujeres. Y también habemos quiénes no nos ponemos cremas antes de dormir, como enseñan en las pelis, habemos quiénes usamos la talla 42 sin sentirnos gordas, las que no contamos las calorías de ese donut que me apetece una tarde, las que nos reímos de nuestra celulitis porque no es un motivo para llorar. Habemos quiénes no necesitamos más bolsos de los que cuelgan del pomo de la puerta, ni necesitamos tener tantos pares de tacones que no nos pondremos. Habemos quiénes disfrutamos comiendo sin necesidad de pensar a la vez que gorda me voy a poner, cuántas calorías tendrá y las que nos bebemos una cerveza o una coca-cola «sin light». También existimos las que, siendo románticas, porqué no….no nos escondemos bajo el cojín viendo las pelis de miedo, las que sin ser ni parecer «machorras» nos gusta el deporte, sabemos que es un fuera de juego y vemos un partido por el juego y no por Beckham. Existimos las que nos aburre ir de compras y que nos da igual repetir traje en dos bodas o el cinturón no haga juego con el bolso y los zapatos. Y no somos raras. Somos mujeres, soy. Pero no me siento identificada casi nunca con los estereotipos de mujer que nos venden, que veo, pues intentan hacerme sentir gorda cuando uso la talla 42, o te tachan de rara porque estás viendo un partido de baloncesto y le gritas al árbitro que no ha pitado falta personal. Creo que ser mujer no es vender a una ñoña que viste según indique las modas, aunque sea llevando gafas que le tapan toda la cara, que se derrite con los gavilanes o el primer rubio que se cruce y que va a usar a un hombre a su antojo. Yo no soy un bicho raro, como a veces me han intentado hacer creer, no me aislo del mundo, me gusta una cerveza fría y ver series en inglés, vestir con vaqueros y reirme de que tengo más pie que mi pareja. Pero soy así. Llamarme rara porque intento disfrutar de cada minuto que vivo, porque nunca sé si puede ser el último, porque soy extremadamente sensible y nada ñoña, y porque me gustan las cosas bien hechas. Soy fiel, maternal, desinteresada y bastante irónica, tengo defectos, pero odio la hipocresía, intento ser feliz y causar la misma sensación a quién me rodea….eso también es ser mujer….aunque no salga en las estadísticas.
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