¿Te aburres?

Es algo que no sé si es preguntable a alguien que está leyendo el fruto de mis pensamientos -probablemente por primera vez-, pero como ves, te hago la pregunta incluso antes de empezar: ¿te aburres? Yo si, más de lo que me gustaría. Es como si el mundo girase cada vez como una esfera de diámetro menor, en un tremendo caos dónde todo es posible pero nada es concreto… Y aquí he llegado (como tu), a éste blog de entropizados. Casualidad, causalidad, ¿qué más da? Hay momentos en los que ambos términos se confunden y te confunden, como hermanas gemelas que lo único que hacen es marcar el camino que nuestra propia razón recorre sin darnos cuenta.

El problema es no ser conscientes de a dónde nos lleva –la razón obviamente, las gemelas merecen capítulo propio…-. Tiene voluntad y es mejor aprender su lenguaje pronto, o te puedes encontrar con alguna sorpresa inesperada en el momento más inoportuno – ¿a quién no se le ha colado entre los labios un nombre olvidado en el pasado que atraviesa cual rayo cegador el más dulce momento de pasión con un nuevo amor…?¿De dónde narices sale eso?¡Con lo que cuesta ligar! Ejem, perdón, costaba «a mi edad» (y no tengo ni treinta…)-.

Se suele decir que «el corazón tiene razones que la razón no entiende«, pero como todos sabemos (espero) el corazón no tiene pensamientos propios. Esta frase es una escusa para no afrontar lo que realmente sentimos, que simple y llanamente, es fruto de lo que nuestra mente se ha ido apartando de lo razonable (vease en asuntos del corazón, «mal de amores«). Enamorarse no es otra cosa que perder plenamente el contacto con la realidad sensata de la vida, para sustituirla por la idílica representación del paraíso terrenal en compañía del ser amado… pufff, qué daño ha hecho la comedia romántica en general…

Cómo no va a llegar un momento en el que la razón vuelva a su ser y te encuentres de golpe sin tu cuarto, sin tu tiempo, sin tus hobbies, y en el peor de los casos… ¡sin tus amigos! Para los que padezcan esta última tortura, mi más sentido pésame, seguro que fuisteis felices algún día y se os recordará por ello…sniff, sniff -incautos-.

Lo más dificil de una relación, es ese momento en el que pones en una balanza imaginaria lo que tuviste y lo que tienes –y no me refiero a los kilos ganados a base de palomitas y series de televisión-. Qué dejé, y qué gané. El amor es una inversión que se suele realizar con los ojos vendados, y cuyos réditos o pérdidas no sabes cuando van a salir a flote. Si todo va bien, es para toda la vida. Si todo va mal, el negocio hace aguas por todos lados, y lo único que sale a flote es la mierda del camarote…

Querido y adorado lector –así, empezando con peloteo… a lo campeón-, esto no es un ensayo de las verdades que sólo yo conozco de la vida, ni la solución a todos los problemas del mundo, ni si quiera media lección de como empezar un blog…; es un pensamiento, por momentos racional, que no tiene más pretensión que hacerte pensar en mi pregunta, ¿te aburres?


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